¿Cómo reducir la huella de carbono digital de tu empresa?: La importancia de ser sostenibles

 

¿Te has preguntado alguna vez cuál es el impacto ambiental de tu uso de Internet? ¡Es más grande de lo que piensas! La huella de carbono digital es el impacto ambiental de nuestro uso de tecnología y, como se espera que Internet consuma el 21% de la energía mundial para 2030, es un tema que no podemos ignorar.

El auge de Internet es una de las revoluciones tecnológicas más importantes de la historia. Nos ha brindado la oportunidad de comunicarnos al instante con otras personas, acceder a una gran cantidad de información, realizar compras y transacciones de manera rápida y sencilla. Sin embargo, a medida que aumenta nuestra dependencia de Internet, también lo hacen sus impactos ambientales.

La huella de carbono digital es el término utilizado para medir el impacto del uso de Internet en el medio ambiente. Esto incluye el consumo de energía de los centros de datos, las redes de telecomunicaciones y los dispositivos de usuario final como teléfonos móviles y computadoras portátiles. Según estimaciones, Internet es actualmente la industria con el mayor crecimiento contaminante en términos de emisiones de carbono y se espera que para el año 2030 consuma aproximadamente el 21% de la electricidad global. Estos números son alarmantes y demuestran la necesidad de tomar medidas para reducir la huella de carbono digital.

 

El carbono es el resultado de casi todas las acciones digitales

Desde enviar mensajes cortos en redes sociales hasta realizar búsquedas en Google, todo lo que hacemos en línea consume energía y contribuye al cambio climático. Aunque puede ser difícil medir la huella de carbono digital de manera precisa, se estima que el sector de la tecnología es uno de los más contaminantes a nivel mundial.

Algunas empresas han comenzado a tomar medidas para reducir su huella de carbono digital, utilizando centros de datos con energía renovable y promoviendo el uso de dispositivos sostenibles. Sin embargo, aún hay mucho por hacer para reducir la huella digital de manera efectiva, pues las empresas deben asumir la responsabilidad de minimizar el impacto ambiental de sus actividades digitales y promover prácticas sostenibles entre sus colaboradores y clientes.

Una opción para reducir la huella digital es utilizar tecnología más eficiente en términos de consumo de energía, esto incluye el uso de servidores y centros de datos de alta eficiencia energética, así como la utilización de dispositivos de usuario final que consuman menos energía. También, se puede reducir el consumo de energía implementando políticas de ahorro de energía y utilizando fuentes renovables. Otra alternativa, no menos importante, es que las empresas pueden promover la concientización y el uso responsable de Internet entre sus empleados y clientes, fomentando la reducción del consumo de energía y el uso de dispositivos de manera más responsable y eficiente.

 

¿Dónde partir?: Sitio web corporativo, correos electrónicos y videoconferencias

 

Sitios web

Los sitios web son la cara digital de una empresa y, a menudo, se pasa por alto su impacto en el medio ambiente. Tradicionalmente, las empresas se han preocupado por gestionar su huella de carbono física, pero en el mundo digital actual, se debe poner un enfoque mayor en reducir la huella digital. Los sitios web generan CO2 cada año debido a su almacenamiento de datos, alojamiento web, falta de optimización y otras actividades que consumen energía.

Es importante que las empresas sean conscientes, por eso pueden comenzar optimizando el tamaño de los archivos, utilizando servidores y alojamiento web sostenibles. También es importante tener en cuenta la optimización de la velocidad de carga del sitio web, ya que un sitio que tarde más en cargar consume más energía y, por lo tanto, genera más CO2.

Correo Electrónico

La cantidad de correos electrónicos enviados por día en el mundo ha aumentado drásticamente cada año desde 2017. En 2025, se prevé que la cantidad diaria de correos electrónicos enviados y recibidos aumente en más del 17%, alcanzando un estimado de 339 mil millones.  Mike Berners-Lee. profesor, experto en sostenibilidad y si, el hermano del creador de Internet, en su libro “How Bad are Bananas? The carbon footprint of everything“, estimó que un correo electrónico normal en el que haces clic, abres, reenvías o respondes emite 4 gramos de CO2. Si ese correo electrónico tiene un archivo adjunto de, por ejemplo, 1 MB, el CO2 sube a 19 gramos y si ese archivo adjunto se reenvía o archiva, la huella de ese correo electrónico podría ser de hasta 50 gramos.

Con el aumento constante en la cantidad de correos electrónicos enviados y recibidos, se requieren medidas directas para reducir la huella de esta actividad digital. Dentro de las acciones para reducir el impacto ambiental empresarial, está el reducir el uso innecesario de correos, evitar enviar archivos adjuntos de gran tamaño o eliminar la papelera de reciclaje frecuentemente.

Video reuniones

Las videoconferencias son una herramienta cada vez más común en el mundo laboral. Con el auge del teletrabajo, muchos optaron por utilizar servicios como Hangouts, Teams o Zoom para mantener la comunicación entre sus colaboradores. Sin embargo, aunque las empresas reconocen los ahorros de costos asociados con las reuniones virtuales, pocas consideran la huella de carbono digital que estas generan. Según el estudio “The overlooked environmental footprint of increasing Internet use” publicado en Sciencedirect, mantener la cámara encendida durante una videoconferencia de una hora puede emitir hasta 1,000 gramos de CO2. Es importante tomar en cuenta esa huella de carbono digital y buscar formas de minimizarla, ya sea a través de la optimización del uso de la energía en centros de datos, agendando reuniones sólo cuando sea imprescindible o simplemente apagando la cámara cuando no es necesario tenerla encendida.

 

¿Cómo seguir?

Es importante que las empresas se concienticen de la huella de carbono digital que generan sus actividades y tomen medidas para reducirla. Esto no es un esfuerzo de una sola vez, sino un proceso continuo que requiere monitoreo y optimización constante. Aunque este tema sigue siendo invisible para la mayoría, es fundamental que comiencen a evaluar dónde existen oportunidades de mejora, ya sea a través de iniciativas pequeñas o grandes. De esta manera, podrán contribuir a la sostenibilidad y mitigar el impacto ambiental de sus operaciones internas y hacia clientes.

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